YO FUÍ A EGB.

YO FUÍ A EGB

Autores: Javier Ikaz, y Jorge Díaz.

Sinopsis:  El libro que celebra el gran fenómeno de internet de los últimos años. Un recorrido nostálgico por los usos, las costumbres, las marcas, los programas, las canciones, la comida, etc., de una época que marcó a varias generaciones de españoles.

Si aprendiste los ríos y las cordilleras mientras mordisqueabas una goma Milán, si comiste empanadillas en Móstoles, si estabas entre dos tierras y no encontrabas el sitio de tu recreo, si para ti el tiempo era oro y jugabas al precio justo, seguro que fuiste a EGB.

Si llevaste hombreras o te echabas laca Nelly, si el primer libro que leíste fue El libro gordo de Petete, si tu primera lágrima fue porque Marco no encontraba a su madre, si el primer polo que te comiste fue un frigodedo, no hay duda de que tú también fuiste a EGB.

Los pitufos, Naranjito, Parchís, ET, las chapas, el seiscientos, Orzowei, los minerales, los gusanos de seda, los rotring, la teleindiscreta, la abeja Maya, los lagartos de V, la Botilde, The Final Countdown... Todos los que fuimos a EGB sabemos que hay mil historias que contar y estamos deseando retroceder en el tiempo para recordarlas todas en un libro totalmente ilustrado y escrito por los autores del exitoso blog Yo fui a EGB.

MI OPINIÓN:  (CUIDADO, CONTIENE O PUEDE CONTENER SPOILERS):  Este libro fue un regalo de cumpleaños de mi queridísima amiga Naza (muchísimas gracias wapa!!!!), y para mi fue un acierto total que me lo regalara, pues yo viví plenamente la época de la EGB. Soy nacida en el año 81, así que imaginaros, casi todo lo del libro lo viví yo. Soy una gran nostálgica de los años 80, aunque realmente también viví el resto de mi infancia y toda la adolescencia en los 90.

En la sinopsis recogida de internet podéis ver de que trata este libro, y creo que a muchos de vosotros leerlo os puede traer muy buenos y nostálgicos recuerdos sobre toda una época que marcó a muchas generaciones.

El libro consta de 10 capítulos, titulados así: 

1- ¿Qué queréis merendar?

2-Enamorado de la moda juvenil

3-Al recreo

4-Aparta, que no veo la tele

5-Carnet de videoclub

6-A clase

7-En el auto de papá

8-Tópicos (a que tú también hacías...?)

9-Si pasas por el quiosco, tráeme...

10-De doble pletina

A lo largo de todo el libro iremos recordando que se comía o merendaba en esa epóca, que dibujos,series y películas nos engancharon, las revistas que leíamos niños y mayores, los tebeos que devorábamos con avidez, los juegos y juguetes de entonces y que nos encantaban, los cantantes y grupos de moda que habían, la ropa y maquillaje que se estilaba, las costumbres de entonces, las frases y latiguillos que entonces eran lo mas, y que ahora están pasados de moda (aunque aún las seguimos diciendo...), y muchas muchas cosas mas, y todo con imágenes, ilustraciones y unos cuantos tests para saber el grado de EGB que tenemos.

Hemos merendado pan con nocilla, phoskitos o bollycaos, tigretón o morenitos, mientras en la tele veíamos Barrio Sésamo, y soñábamos con tener un coche como Kitt, del coche fantástico.

Lloramos como posesos con la muerte de Chanquete en Verano azul, y con el final de David el Gnomo (yo estuve llorando tres días seguidos, que trauma madre).
Molaba mucho cuando intentábamos imitar a Diana, de la serie V, y hacer como que nos comíamos una rata casi sin masticar (era de golosina claro).
A algunos niños les fastidió mucho que cambiaran Mazinger Z por Orzowei, y encima sin avisar (fue un palo bastante gordo).

Alucinamos viendo las rastas y el maquillaje de Alaska y los electroduendes en la bola de cristal, quisimos ser como los Goonies, y vivir incontables aventuras buscando un tesoro escondido (chocolaaaaate), o haciendo la postura de la grulla voladora como el prota de Karate Kid (dar cera, pulir cera). Quisimos ser Baby y estar entre los brazos de ese guapísimo Patrick Swayze en Dirty Dancing, haciendo ese caliente y precioso baile final (no dejaré que nadie te arrincone Baby), he visto esa peli un millón de veces!!!!.

Recuerdo también esos viernes por la noche que no se veía a nadie en la calle, porque iban a echar uno de los concursos mas longevos y fantásticos que había, el 1, 2, 3, responda otra vez, y nadie hacía planes porque el mejor plan era estar viendo el concurso tan a gustito en el sofá de casa.

No me digáis que no os viene a la mente a Mayra Gomez Kemp con sus tarjetas diciendo... hasta aquí puedo leer, o a las super tacañonas tocando la campana cuando algún concursante repetía la misma palabra dos veces.

Al dúo sacapuntas con eso de... como estaba la plaza??, abarrotá, y esa Bombi exhuberante,  o Beatriz Carvajal con el personaje de la Gafancia, entre otros.
La calabaza Ruperta, la Botilde... y esos apartamentos en Torrevieja como máximo premio, que gran concurso porfavor, además es que era super completo.

Nos partíamos de risa leyendo los tebeos de Mortadelo y Filemón, Zipi y Zape, 13 rue del percebe y el resto de la troupe, y cuando fuimos mas mayores nos pasamos a la Nuevo Vale y la Super Pop, para estar pendiente del cantante guaperas de turno que nos volvía locas, y en el caso de los chicos a la cantante buenorra, y por supuesto forrábamos las paredes de nuestras habitaciones con los pósters que regalaban.

Nos partimos de risa cuando a Sabrina se le salió una teta cantando en la nochevieja del 87-88, y estábamos enganchados a los especiales de Martes y trece.

Decíamos frases como Digamelón, Kit te necesito, efectiviwonder, qué hora es?, las carne y hueso, ya no te ajunto, por mi y por todos mis compañeros, y un largo etc.

Nos sabíamos de memoria las canciones de los payasos de la tele, del grupo Parchís y de Onda Vaselina, y cuando fuimos mas mayores, pues nos encantaba  Madonna, Michael Jackson y Queen,entre otros.
Quién no ha bailado alguna vez ese Thriller, del rey del pop??, yo todavía flipo con el videoclip, y es que es increíble.

Por cierto... anda que no he pasado yo horas y horas grabando música en aquellas cintas de cassette de 60 y 90 minutos, pulsando el stop antes de que el locutor de la radio hablase y fastidiara la canción, y cuantas veces se me ha salido la cinta, y con un boli bic he tenido que meterla para adentro girando la ruedecita, uufffffffff tela.

Nos pintábamos los morros con ese chicle de color rojo que tintaba tanto, nos gastamos la paga entera en chucherías y helados, como el frigodedo, el frigopié, el calipo o el mikolápiz, y saltábamos de alegría cuando en el palo nos salía premio, porque eso significaba helados gratis.

Siempre que volvíamos al cole en septiembre nos encantaba estrenar esos estuches de dos pisos o incluso tres, pintar con los rotuladores Carioca, los plastidecor o las ceras Manley, y no se como en clases de Plástica nos dejaban hacer manualidades de marquetería con esa sierra que cortaba tanto, y que mas de uno tuvimos un percance casi serio. No me digáis que vuestras madres no tienen todavía guardados por ahí esos cuadros hechos con lentejas,garbanzos o macarrones, o cosas echas con palillos y pinzas de la ropa... impagable. Temblábamos cuando en clases de gimnasia nos hacían saltar el potro o subir por las cuerdas, pero nos encantaba cuando nos dejaban jugar al pañuelo o a al balón prisionero.

Hacíamos los burros jugando al churro va, al conejo de la suerte cuando queríamos besar a quien nos gustaba, o jugábamos a la comba y la goma,  y en el caso de los chicos al fútbol o las canicas.
Jugábamos a los tazos, hacíamos saltar la peonza, o girar el yoyo, o al sambori, con un trozo de tiza y una piedra, ya ves tu, sencillo pero adictivo.

En los recreativos jugábamos al tetris, super pang, puzzle buble, comecocos, shinobi...vamos, nos tirábamos horas y horas jugando, y si teniamos suerte por reyes nos caía alguna maquinita para jugar en casa.
Yo no tuve un spectrum, aquellos ordenadores que servían para jugar, y que tardaban un huevo en cargarse los juegos y emitían un pitido horrible mientras lo hacían, pero mi marido si, y lo guarda como oro en paño.

En casa siempre habían tapetes hechos a mano por nuestras abuelas o tías, y nos calentábamos los pies en una estufita que había en la mesa camilla.

En el coche de nuestros padres siempre había el ambientador de pino y la pata de conejo colgado del espejo retrovisor, y el perro que movía la cabeza en la bandeja de la parte de atrás, y anda que no habia cachondeo con eso.

No se... creo que me estoy enrrollando demasiado, pero es porque me ha encantado el libro, y creo que todos, en mayor o menor medida, hemos vivido momentos bonitos en la EGB, algunas cosas aún se mantienen, pero otras han caído en el olvido, porque la vida va pasando, va evolucionando, y nosotros con ella, es ley de vida.

No voy a decir que lo de antes era mejor, porque obviamente habrán cosas que si, pero otras que no.

Hay que aceptarlo todo como viene y saber adaptarse a las circunstancias, desde luego todo tiene su momento y su lugar.

Yo os recomiendo que leáis este libro, pues lo dicho, os va llevar de viaje al pasado, pero va a ser un viaje muy dulce y bonito, os lo prometo, aunque llevaros pañuelos, pues seguro que alguna lagrimita de nostalgia se os escapará, como me ha pasado a mi.

Y hasta aquí mi reseña sobre el maravilloso libro: "Yo fuí a  EGB".

Os espero!!!!!!.

ESTOY DE SORTEO POR MI PRIMER CUMPLEBLOG!!!!.

PARA APUNTARSE PINCHAR AQUÍ