ROCKY BALBOA (ROCKY 6).

ROCKY BALBOA (ROCKY 6).

Año de la película: 2006.

Género: drama, deporte, boxeo.

Sinopsis: El mundo del boxeo está tan devaluado que el campeón Mason Dixon no encuentra un rival a su altura. Han pasado 30 años desde que a Rocky Balboa (Stallone), un hombre sin futuro, se le presentó la oportunidad de boxear y enfrentarse contra el gran campeón Apollo Creed. El coraje y perseverancia de Rocky, tanto en la vida como en el ring, alimentó las esperanzas de millones de personas. Ahora, ya retirado, se pasa las tardes contando viejas historias a los clientes del Adrian's, el restaurante que lleva el nombre de su esposa, por la que todavía guarda un silencioso luto. Apenas ve a su hijo (Milo Ventimiglia), que está demasiado centrado en su propia vida. El paso del tiempo y los golpes recibidos lo han hecho más humilde y lo han envejecido, pero en el fondo aún sigue siendo un luchador.

MI OPINIÓN: (CUIDADO, CONTIENE O PUEDE CONTENER SPOILERS):  esta película es un claro homenaje hacia la saga Rocky, está hecha para los más nostálgicos, para los más fans de la saga del potro italiano, es sencilla, clásica, más melodramática si cabe que sus antecesoras, es todo corazón, y se pinta a un Rocky envejecido, triste, retirado del boxeo, han pasado muchos años desde que fuera campeón mundial, regenta un restaurante que lleva el nombre de su mujer, que falleció hace 4 años, y que va de mesa en mesa contando sus combates más importantes a los clientes que acuden a cenar, entre anécdotas y chistes.

Casi no ve a su hijo, que pasa de todo y va a su bola, y solo cuenta con su viejo pero fiel amigo Poli, sus recuerdos de juventud como campeón, y el inalterable e incondicional amor que aún siente por su mujer, del que guarda luto todavía, y que la visita todos los aniversarios al cementerio.

Rocky está más viejo, más cansado y melancólico, los palos que le ha dado la vida le han pasado factura, pero sigue siendo un luchador nato, eso no le abandonará jamás.

Decide volver a pelear, cree que es lo que le hace falta para recuperar la ilusión de vivir,  a pesar de llevar tantos años sin boxear y tener 60 años, y de tenerlo todo en contra.

Finalmente consigue la licencia para boxear de nuevo, y eso le hace sentirse vivo e incluso más joven, y combate contra Mason Dixon en una pelea de exhibición.

A su lado tiene de nuevo a su hijo, con quien hace las paces y se unen más que nunca, y a Poli, y al público que se vuelve loco con su campeón y siguen con él.

Los jueces dan la victoria a Dixon, pero eso a Rocky no le importa, ya que ha peleado muy bien, y demuestra que con voluntad y tesón, se pueden conseguir las cosas, y el público sigue pensando que él es el verdadero campeón, y que lo será para siempre.